martes, 30 de abril de 2013

La belleza

Nos podemos sentir atraídos por un cuerpo moldeado y o una cara bonita, pero sin duda nos enamoramos de la belleza interior. Por lo tanto en vez de tener complejos físicos y sufrir por como nos ven los demás, ¿no sería más adecuado priorizar el ser mejor persona y buscar nuestro equilibrio emocional? ¿y despegarnos de la opinión de los demás? 
Es obvio que hacer ejercicio y estar sano ayuda a nuestro bienestar interior, pero la sociedad ansía una estética perfecta basada en cánones de belleza cambiantes en épocas y modas, que inevitablemente se marchita con la edad. Olvidamos que el crecimiento personal es el tesoro más preciado al que podemos aspirar. (Eloy Martín).

domingo, 21 de abril de 2013

El sabio


El discipulo preguntó al sabio Ramsa:
-Maestro ¿me enseñará el camino a la iluminación, para poder ser feliz?
-No se tal camino, -contestó Ramsa- aunque, si ser feliz es lo que deseas, te diré que es la consecuencia de mantenerse ilusionado.
El discipulo después de pensar contestó:
-Es muy difícil mantenerse siempre ilusionado...
-No, -añadió el sabio- lo difícil es recordarlo.
(Eloy Martín).

sábado, 6 de abril de 2013

Todo es vida


Las relaciones

  Nuestro crecimiento se produce principalmente relacionándonos con los demás. En ese intercambio de vivencias, descubrimos que cuando entramos en  conflicto con el de fuera perturbamos nuestra paz y felicidad. Y por el contrario si sentimos amor por la otra persona, conseguimos el efecto opuesto. Esto último se puede conseguir observando en el otro las cualidades maravillosas que todos poseemos. Puede resultar utópico con personas a las que odiamos, aunque con la práctica dejará de ser difícil y nos llevaremos sorpresas inimaginables. 
Todos actuamos de cierta manera porque hemos aprendido a ser así.    La empatía es el arte de ponerse en el lugar del otro sin juzgarlo.
  Fracasamos en las relaciones por ser egoístas y no saber dar, también por no saber recibir. A menudo pensamos que si doy pierdo. Lo cierto es que sólo se pierde cuando empequeñeces tu corazón.